Long chicken casero

Sancho consiguió desde fuera de la península convencernos para que hiciésemos una tertulia de verano añadiendo el elemento "cena de burger casera", así que eso hicimos, con dos long chicken per cápita, una botella de coca-cola, tinto de verano, patatas y toda la tontería acumulada que teníamos. Así que compramos pollo congelado empanado, panes de perrito caliente y mayonesa. Íbamos felices pero no contamos con la aparición de la madre de McGatos, ya que evidentemente, al ser tertulia fuimos a su casa, así que después de varias discusiones sobre si había que descongelar el pollo, si freír o no, que que hacíamos con panes de perrito caliente, que la próxima vez bocatas, que si íbamos al jardín, que si íbamos al salón, que si la culpa es de Sancho, etc.
Cuando se arregló todo bajamos al jardín, y Moe que llevaba media hora diciendo que quería fumar fue el elegido para hacer la cachimba, pero estaba muy perro y no se quería levantar para nada, al final la hicieron entre él y McGatos al cabo de otra media hora, peeeeero, faltaba encender el carbón y el mechero estaba lejos, Moe dijo que si estuviese en el mundo Digimon la mochila podría aparecer en donde estaba él, pero la idea de Sancho era mejor:
-" En el mundo digimon, yo habría mandado a Agumon "
Volviendo a nuestras tertulias raras, McGatos preguntó que cuantos julios se necesitaban para subir la temperatura del agua un grado... cuando el físico le contestó nos explicó que su idea era para crear la dieta adelgazante del hielo, comiendo un kilo de hielo quemas "mazo calorías", después alguien se le ocurrió la genial idea de hacer un bar de hielo de sabores, increíble, habíamos vuelto a reinventar el concepto de los flases.
A partir de este momento y hasta las 12 de la noche la casa se convirtió en la casa de las dagas voladoras, el físico contó que se había liado con una tía, McGatos le dijo: "ya que tiene esos gustos tan raros pregúntale..." las risas no le dejaron acabar. Moe estaba mirando fijamente a Dora la acaparadora, a lo que ésta contestó: "no me mires así, que eres incómodo de mirar". Luego el biólogo tenía la mandíbula escayolada, y Moe se empezó a cebar con él.
A partir de las 12 la noche se tranquilizó y estuvimos tertuliando tranquilamente de deportes, átomos, arquitectura y fiestas españolas.