Tejar de Arriba

La tercera parte, el día de la vuelta a casa.

Este día aguanté un poco más en la cama pero como me daba pena desperdiciar el tiempo me levanté con la intentción de salirme a dormir a las hamacas. Al pasar por el salón me encuentro a Okapi durmiendo allí, y sentado a su lado que llevaba ya tiempo despierto a Moe, y el salón estaba a oscuras.... no entiendo. Pero en fin, que me fui a descansar a las hamacas y a mirar las nubes hasta que se levantaron los demás, o mejor dicho, los levantaron Moe y Cucaracho a base de música machacona.

La comida de ese día fue un poco rara porque nos teníamos que hacer toda la carne para no tirarla..... y no la tiramos no.... que va..... Moe empezó a encender el fuego, mientras Cucaracho se dedicaba a regar el aire, como durante los dos días anteriores. Pero el fuego que encendió Moe era ......... diferente. Sólo decir que le echabas líquido encendedor y se apagaba, ¡a mi que me lo expliquen! El caso es que acabamos haciendo la comida, menos el churrasco (D.E.P.) y el "shhhhhh" que se había quedado un poco verde. Ya no vuelvo a esa carnicería. La verdad es que queda poco que contar porque estábamos cansados.

Por la tarde pues a darnos un último baño en la piscina, increíblemente la pelota sobrevivió a todo el fin de semana. Y mientras unos recogían otros se daban una ducha caliente porque por fin habíamos conseguido encender el calentador...... gané yo. Bueno, hubo alguno que recogió más bien poco pero en fin.

Al irnos la dueña de la casa nos regaló unos jaboncicos de hipérico que hacía ella y unas esponjas caseras que había plantado en su jardín (matojo seco). La verdad es que fue un éxito no haber roto nada, ni siquiera un vaso..... al final, gané yo.

Pues eso, un buen viaje, (en el divertijeep nos lo pasamos bien volviendo con amigos en la carretera) y que deberíamos repetir....... o no.