Hola,
Ayer salimos a cenar por ahí algo Sancho, Ross que olía a obrero después de mes y medio sin salir, Cucaracho y yo, pero siempre de manera diferente, quedamos a las 22, aparcamos bien lejos (además Cucaracho hizo caso omiso del sensor de aparcamiento y nos metimos un ford hasta la cocina) y a la hora de buscar un sitio para cenar pasamos por: uno que estaba cerrado, otro que estaba lleno, otro en el que no queríamos, otro que volvía a estar lleno,... hasta que a las once y algo me acordé de un sitio más escondido pero que está bastante bien. Así que allí fuimos.
Y nos encontramos a dos viejas conocidas, aún no habían salido aquí y como es la primera vez, esperaremos para ponerles nombre. El caso es que invadimos su mesa y empezamos a hablar, repartimos tarjetas del blog, hablamos de montaña, de Okapi, que nadie se creía que estuviese estudiando, de viejos profesores y amigos, de como a Ross no le ha cambiado la cara nunca, etc... un aburrimiento increíble. Hablamos de Gore-Tex, y de cochinillo. Según una de nuestras amigas, mi hermano Po estaba en el mismo bar, según hablé con él más tarde me dijo que ni siquiera sabía de la existencia del local. Y más conversaciones sobre futuras quedadas.
Después de la cena nos despedimos.... y seguimos andando un rato en la misma dirección.... si decir nada..... Y nosotros nos largamos a tomar algo a una terraza de una tetería. Entre el frío, que Sancho se pidiese un granizado, que a Cucaracho se le durmiesen las piernas, se nos hizo un poco largo. Pero nos lo pasamos bien porque la camarera nueva tenía una pompa en la cabeza (sentido figurado). Se quedaba mirando al vacío en vez de tomarnos nota o traernos cosas. Como era carnaval nos pusimos a mirar los disfraces y siento decir, que la imaginación anda muy escasa últimamente, sobre todo para las chicas, todas las que vimos iban con gafas grandes sin cristal, tirantes, minifalda y calcetines altos.... y cuando digo todas son TODAS.... bueno, menos una que iba de mago, pero parecía un chico de lejos.
Después de hablar de arquitectura y de la cocina de Ross, que le tuve que dar unos consejos que lo estaban haciendo todo mal, y además vimos un ejemplo en el baño del bar; se nos acabaron las ganas y nos volvimos a casa tranquilamente y hablando de cosas variadas.
Y finalmente decir que tenemos que ir al pinky burger... pero ayer no era el día.... eso quedó claro.
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