Hace un par de días Okapi propuso a todos que si alguien se apuntaba a ir al Rastro de Madrid. Sólo yo respondí a la llamada a planes y allí que fuimos, no solos porque también se apuntó el compañero de Okapi. Un tío majo con acento de Córdoba. Fuimos en tren, y como viene siendo habitual en nuestro grupo, y en casi todos la verdad, nadie miró donde era, y nos confundimos, y acabamos en el quinto pino a la derecha del sexto. Total, que andandito llegamos al mercado del Rastro después de tres cuartos de hora andando y de recorrer medio Madrid.
¿Para qué? pues para nada, no compramos nada, bueno yo sí, una cosa que me faltaba de mi colección de turista empedernido. Después de eso otro paseillo hasta ir a comer al Tigre, e hincharnos a zampar montaditos con salsa naranja, patatas con salsa naranja, queso con salsa naranja, croquetas y paella. Una buena opción para ir de tapas por Madrid.
El caso es que al día siguiente nos apuntamos a ir al cine los mismos tres. A ver la segunda entrega de Los Juegos del Hambre: En Llamas. Para mi gusto mejora la primera, cuando incluso podía pensar que el argumento se iba a estancar (no he leído los libros, excúsenme) va hacia donde naturalmente tenía que ir sin problemas y sin idas de olla. Lo que más me gustó la banda sonora, el silbidito del Sinsajo no se me va de la cabeza, y la sociedad que se crea en el Capitolio, todo tan romano y a la vez futurista y a la vez "versallesco".
En fin, yo recomiendo la saga, me gusta más que Harry Potter, por comparar, que es odioso, pero me gusta más, y como es mi blog, pues ala.
Un abrazo y hasta más ver.
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