lunes, 27 de mayo de 2013

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Viaje arenoso

Viendo que no hay manera de que mis amigos se decidan a escribir cualquier cosa cada vez que quedan en España, yo desde mi país de acogida voy a contar un viajecillo que me he marcado este fin de semana.

Salimos un viernes a las 8 de la mañana a por el coche que habíamos alquilado por internet 10 horas antes, lo mismo que el hotel, todo un poco improvisado. El destino nos llevó a pararnos en La Rochelle a tomar el sol que había salido, unos bocadillos de pan chicloso y un rico helado mientras veíamos a unos "zumbaos" saltar desde una torre al agua del puerto dando volteretas y mortales y cosas en el aire; claro que cuando vimos que estaba patrocinado por Red Bull ( a los que no queremos hacer publicidad, no me gusta el Red Bull, yo soy más de tomar un rico y nutritivo Cola Cao ) pues no nos extrañó que hubiese riesgo.

Después cogimos carretera hasta Burdeos, allí nada más llegar fuimos a la Escuela del Vino a tomarnos un buen vino, cada uno en un ambiente en el que no pegábamos con nuestra ropa de viaje, yo tomé una copa de Château Fleur la Mothe, un tinto muy rico ( no tengo ni idea de vinos así que no me voy a inventar que tiene cuerpo ni que es afrutado en boca ). Al día siguiente ciudad y más ciudad y para cenar un plato que se llamaba Bitoche y que estaba riquísimo.

El domingo, de vuelta a casa, paramos a visitar la Dune de Pilat ( o Pyla ), una duna de 500 metros de ancho y 150 de alto entre bosque y mar que sorprende y cansa mucho, mucho sol y calor, mucho viento y arena, muchas volteretas y carreras cuesta abajo así que volvimos a casa cansadísimos.

Un muy buen viaje, improvisado y rápido pero que ha merecido la pena. Un abrazo.

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