Un manco en Nantes. Parte 2.

Bueno, después de unos días de aclimatación de nuevo a Alcalá y alguna que otra gestión creo que es el momento de relatar un poco lo que fue mi andadura por Nantes.

Tenía una imagen muy distinta de la ciudad, me dijeron que no era muy grande, que siempre estaba lloviendo y que no solían ver el sol… el primer día que pasé allí estuvimos en la playa… todo un sin sentido, pero es que hacía muy buen tiempo y la verdad es que fue un gran día. Los siguientes días, del mismo estilo: buen tiempo y visitando la ciudad de arriba abajo. Tiene narices que me llevasen a un cementerio y que al final entre unas cosas y otras no viese la isla de Versalles (yo intenté ir en mi día de visita libre… pero no llegué). La ciudad en sí es una pasada, a mi me gustó mucho, sobre todo el árbol de  canastas!!! Lástima que fuese manco si no más de una tarde habría echado allí…

Quizá la parte algo más negativa era el ritmo de vida que llevaban allí, eso de que vayan dos horas por delante no es nada favorable, comen a las 12, salen de fiesta a las 8 o a las 9 y a las 3-3:30 no tienes ningún sitio abierto para salir. Luego el ya mencionado alguna vez tema de las copas, sin hielos y con dosificador, no vaya a ser que el camarero sea majo y te lo cargue un poquito más… Aunque nosotros a vinos y cervezas no fuimos mal ningún día! Estuvimos en sitios bastante alternativos y modernos, muy del rollo francés, incluso acabamos un día vestidos como para ir de comunión y de fiesta en un barco! En especial hubo un día bastante completito, en el que el señor Sandalio se enamoró de su chica prototipo, a mi lado se quedó… y en el que todo el bar se convirtió en una conga… adivinad a quiénes engancharon de cabeza de conga: a Sandalio y a mi!!! Jajaja. Fue una gran noche.

Comimos genial, en muy buena compañía y si queréis comprobarlo vosotros mismos pinchad aquí y lo podréis ver vosotros mismos.

Por último agradecer a Sandalio su hospitalidad y también agradecer al resto de españoles porque gracias a ellos he pasado 10 días geniales, aprovecho para decirlo por aquí porque no me pude despedir de ellos.

Ahora… cuál será nuestro próximo destino? El tiempo nos lo dirá…

SANCHO