Todos sabemos que Sancho entrena al baloncesto todos los viernes hasta las 23:30 y como quería que fuésemos a cenar, a Okapi y a mi nos tocó esperar; y que mejor forma de hacerlo que tomándonos unas patatas fritas sin sal, una coca-cola y jugando al Counter durante unas 3 horas.
Así que después de eso y de hacer esperar a Sancho de pie a que llegáramos, muerto de frío, nos fuimos al Burger.
La camarera le dijo a Sancho que si quería Ketchup, y le contestó:
-"Sí, ¡Te voy a cortar la mano!" Vaya cara se le puso a la pobre chica.
Comimos sin contar nada relevante como siempre, e intentando que Okapi no nos gorronease nada como siempre, al final lo consiguió como siempre, eso sí, cuando fui a por el helado conseguí entretenerle con un papel con un dibujo de calabazas para que no metiese el dedo en la nata.
Me contaron la primera intervención de nuestra historia con cartel y todo y el "¿qué pasó después?" y el "¿cómo se modifican las cosas?", algo que Okapi no dudó en comparar con el teléfono escacharrado.
Volviendo a casa en el coche de Okapi, éste no hacía más que poner música empalagosa así que Sancho intentó hacer una investigación exhaustiva sobre Okapi y sus misteriosas quedadas con alguien que no dice quien es...
Después de estar un ahora hablando en la calle a la 1 de la madrugada sobre ese tema, apareció mi adorable vecino Pablo y le preguntamos si sabía quien era su cuñada.... No supo respondernos....o no quiso...
Por cierto, Sancho y Sandalio flatulencias tenían
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